Por Alejandro Lira
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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se espera que la depresión sea la principal enfermedad y condición patológica para el año 2030. Actualmente esta condición comienza en la pubertad, siendo más notable durante el ciclo reproductivo; apareciendo en una edad promedio que va de los 20 a los 50 años. Para algunas mujeres, la etapa temprana de postparto puede significar un foco rojo o alarmante para desarrollar episodios depresivos (INEGI, 2016).
La depresión en el embarazo es un subtipo de trastorno depresivo mayor, caracterizado por un periodo de transición importante hacia la madurez y responsabilidad maternal, representado por una etapa de vulnerabilidad con tendencia a desarrollar desórdenes mentales y psicológicos. La depresión en el embarazo puede ocurrir desde la concepción hasta un año después del nacimiento. Se cree que más de un 20% de las mujeres son afectadas por esta condición de salud y solo el 12% de las mujeres entre los 9 meses prenatales y los 9 postnatales reciben servicios médicos para tratar la depresión (INEGI, 2016)
Algunos factores de riesgo a considerar pueden incluir una historia previa de depresión, conflictos sociológicos o interpersonales además de soporte social y familiar limitado. La depresión durante el embarazo está relacionada con grandes niveles de comorbilidad, estados de ansiedad, trastornos y síntomas obsesivos-compulsivos, afectando y comprometiendo la salud del bebé.
Esta condición se encuentra ligada a diversos factores biológicos, psicológicos, emocionales, sociales y conductuales; el conjunto de estos factores tiene una influencia importante, principalmente durante el período perinatal y durante el primer año después del nacimiento.

Los síntomas de desórdenes depresivos incluyen pérdida de energía, fatiga excesiva, desinterés en realizar actividades cotidianas que usualmente no ejercían ningún peso emocional hacerlas, problemas del sueño, cambios en el régimen alimenticio, modificaciones corporales en el peso, concentración escasa, sentimiento de empeoramiento, culpa o desesperanza, y en casos más severos trastornos, pensamientos y antecedentes suicidas.
Para realizar un diagnóstico más preciso de depresión, se requiere que más de estos 5 síntomas perduren o estén presentes por al menos dos semanas, guiados principalmente por el sentimiento de culpa y desinterés excesivo (APA, 2013).
La depresión es la causa principal de invalidez y predisposición a trastornos mentales en mujeres en edad fértil. Se cree que al menos 1 de cada 5 mujeres en el mundo va a experimentar una experiencia significativa con la depresión, relacionada con la gestación y nacimiento de su hijo siendo desafortunado el hecho de que solo unas cuántas mujeres buscarán ayuda profesional.

Sin diagnóstico ni tratamiento, la depresión en el embarazo afecta muchas partes y aspectos fundamentales de la madre y su bebé. Es un factor predisponente y grave que puede condicionar al bebé que presente bajo peso al nacer, a que la interacción con su madre se encuentre afectada y comprometida, y que se presenten o alteren procesos de comportamiento/cognitivos en los primeros años preescolares; teniendo como consecuencias graves suicidio maternal o infanticidio. Es imprescindible identificar indicios tempranos de la instauración de la depresión para evitar que se desarrolle un trastorno depresivo mayor que lleve a consecuencias graves, cómo el infanticidio o suicidio maternal; esta última siendo la causa principal de muerte materna durante el primer año postparto (APA, 2013).
La depresión en el embarazo debe concebirse como una entidad conjunta de síntomas y complejos, no un cuadro clínico aislado que se encuentra ligado a diversos factores y condicionantes biológicos, psicológicos, emocionales, sociales y conductuales; los cuáles influyen de forma imperante durante el período pre y postnatal temprano, afectando no solo a la salud mental y física materna, también al recién nacido en todo aspecto, conllevando a serias repercusiones en la vida adulta y con un impacto socioeconómico importante (Romero, 2017) .
Referencias:
- Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES). Mujeres y hombres en México. 2016. Disponible en http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/MHM_2016.pdf
- American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders, 5th edition. Washington, DC: American Psychiatric Association, 2013.
- Romero RD., Orozco R., Ybarra JL., Síntomatología depresiva en el postparto y factores psicosociales asociados. Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología. 2017 04;82(2): 63-73. Disponible en https://doi.org/10.4067/s0717-75262017000200009
Es un tema crucial sobre un padecimiento muy prevalente en el mundo, se esté embarazada o no.
La depresión y la ansiedad pueden provocar complicaciones graves en el embarazo y afectar el desarrollo neurocognitivo de los bebés y mayor incidencia de enfermedades respiratorias. Una prueba más de cómo el distrés y la salud mental es una prioridad en una sociedad hedonista.
Gracias 🙂
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Wow! Sin duda un tema que debe profundizarse y más en estos tiempos de pandemia, que si bien hemos aprendido a través de más de un año, que la salud emocional es de gran importancia, dentro del embarazo es verdaderamente angustiante. Consideremos que tanto el bb o bien, la madre, sufren ya, sin tener una depresión. Y es más cuando está ya dio a luz, y se sufre una depresión más agresiva si se ha perdido el producto. Sin duda, un buen tema para poder captar la atención de los lectores.
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Estos datos son alarmantes, pero necesarios para entender un poco más sobre el tema. De igual forma es muy importante y agradezco que se tomen temas como la salud mental. En pleno 2021 sigue siendo un tabú y artículos como este puede llegar a ampliar la visión de muchas personas y tener como un punto importante la salud mental. Gracias por el dato.
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Quisera pensar que es la primera parte de una serie de artículos sobre el tema. Discurre muy bien quien lo escribió, en las causas y estadísticas de esa situación que aqueja a tantas madres. Así que gracias por tratar sobre la salud mental, gracias por enseñarnos, y gracias por los siguientes artículos que ojalá nos muestren que hacer y como apoyar.
William
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