Por Viridiana Hernández
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Usar tacones altos es un hábito común en las mujeres para parecer más delgadas y altas. Se estima que entre el 37% y el 69% de las mujeres usan zapatos de tacón a diario (1). El 59% usa zapatos de tacón alto durante aproximadamente 1-8 horas al día y la mayoría de las mujeres usan zapatos de tacón con una altura de más de 5 cm (2).
El uso de calzado de tacón alto comenzó hace más de 1000 años y resultó en el desarrollo de cambios en la marcha, la postura, la columna vertebral, la pelvis, la cadera, las rodillas y el tobillo (2).
Sin embargo, el uso de tacones altos ha generado debates debido a los efectos que puede ocasionar en el cuerpo. Por mucho tiempo se han estudiado los cambios anatómicos ocasionados y los efectos nocivos en la espalda, las rodillas y el dolor en la parte inferior de las piernas. Además de afectar los arcos de los pies, pues los tendones se debilitan y, por lo tanto, no se apoyan adecuadamente los pies (1).

El tema y el debate llegaron tan lejos, que se llegó a publicar una hipótesis en la que se planteó que los tacones podían ocasionar esquizofrenia en las mujeres que los utilizaban, por lo que después se envió una carta al editor para refutar esta descabellada idea. Lo que resultó cierto, fue el hecho de que se podría ver alterada la actividad de la musculatura del suelo pélvico por el uso de este calzado (3). Y debido a las posibles consecuencias de caídas, se ha recomendado que la mejor altura del talón para el mantenimiento del equilibrio sea de 3 a 5 cm (1).
Resulta interesante que nuevos estudios hayan enfocado su atención en las repercusiones del uso de tacones altos en la musculatura del suelo pélvico (MSP), encontrando datos interesantes que podrían ser clave para la rehabilitación de algunas disfunciones de suelo pélvico (SP). Estos estudios demostraron que las diferentes posiciones de los tobillos pueden alterar la actividad de la MSP. Además, se encontró que el uso de zapatos de tacón alto tiene un impacto en el movimiento de rotación del tobillo durante la marcha, y que la posición del tobillo está relacionada con la inclinación de la pelvis y la activación de la musculatura del suelo pélvico (4).
Cuando se usan zapatos de tacón, el tobillo presenta una flexión plantar (pie apuntando hacia abajo, alejándose de la pierna) inestable y puede resultar en una mayor actividad de la MSP en la posición de pie. Con zapatos de tacón, la pelvis se inclina hacia atrás, ocasionando una postura compensada con contracción de glúteos (5). La contracción de la MSP en posiciones activas del tobillo da como resultado el uso simultáneo de los músculos abdominales, de la espalda, de los muslos y de las piernas para mantener la postura.

En un estudio realizado por Wang Y. et. al. (1) se investigó la influencia del uso de zapatos de diferentes alturas en función del suelo pélvico y se analizaron los posibles factores de riesgo que afectan la función del piso pélvico, como la cantidad de tiempo que se usan y el grosor del diámetro de los tacones. Los resultados mostraron que el uso de zapatos con una altura de tacón de 3-5 cm y ≥3 cm de grosor durante más de 8 horas por día, incluidas las posiciones para caminar, estar de pie y sentarse, podría ser un enfoque para el entrenamiento de la MSP.
Los cambios en la distribución de la presión del pie y el desplazamiento del centro de presión no se alteraron después de caminar con zapatos de tacón medio (4 cm), pero se alteraron notablemente después de caminar con zapatos planos (0,5 cm) o de tacón alto (9 cm), confirmando que los zapatos de tacón medio (4 cm) son buenos para la salud y comodidad de los pies (6).
Diversas investigaciones han demostrado que la posición de la vejiga se ve alterada con la posición de los tobillos, en este caso, con el uso de tacones. No obstante, seguía en debate si era factor de riesgo para ocasionar incontinencia urinaria (pérdida involuntaria de orina). Anatómicamente el cuello de la vejiga está por encima de los músculos del suelo pélvico, en el caso de las mujeres con incontinencia urinaria, la vejiga se encuentra por debajo.

En un estudio realizado por Kannan P. et. al. (2) los hallazgos indican que, al estar de pie, la elevación del cuello de la vejiga durante la contracción máxima de la MSP es significativamente mayor en las posiciones neutras del tobillo. Por lo que la contracción de los músculos del suelo pélvico para elevar el cuello de la vejiga puede no ser tan fuerte cuando se usan zapatos de tacón alto como cuando se está de pie descalzo.
Por su parte, Vitton V. et. al. (7) refiere que la incontinencia urinaria fue significativamente frecuente en un subgrupo de mujeres que utilizaron tacones ≥3 cm. Se ha demostrado que los pacientes con dorsiflexión del tobillo (movimiento del tobillo en el que los dedos del pie se acercan a la espinilla) tenían mayor actividad de los MSP en reposo.
De acuerdo a la revisión de artículos actualizados, se concluye que las posiciones neutras del pie y la dorsiflexión aumentan la actividad de la musculatura del piso pélvico y que el uso de tacón de 3-5 cm de altura resulta benéfico en la biomecánica general del cuerpo y en la comodidad de las personas, contrario al uso de tacones más altos. A pesar de la escasa información y de lo controversial que puede resultar el tema, los datos obtenidos pueden ser de particular interés para intentar mejorar la tasa de éxito del entrenamiento de los músculos del suelo pélvico para sus diferentes disfunciones, utilizando las diferentes posiciones de tobillo y trabajando de manera indirecta sobre los músculos del suelo pélvico.
Referencias:
- Wang Y, Shi C, Jiao W, Yu W, Shi W, Zheng J. Wearing high heels with an appropriate height is protective for pelvic floor function. Transl Androl Urol [internet]; 2021; 10(6): 2493-2499.
- Kannan P, Fung B, Leung R, Goonetilleke R, Winser S. Association between high-heeled shoes of varied heel height and bladder neck elevation in women: an exploratory study. Footw Scien [internet]. 2019; 11(2): 85–92. Disponible en: https://doi.org/10.1080/19424280.2019.1588922
- Universidad de Verona. Women pay attention to shoe heels: besides causing schizophrenia they might affect your pelvic floor muscle activity. Europ Assoc Urol [internet]. 2008; 54(1): 1094-1095.
- Wang C, Geng X, Wang S y col. El impacto de los zapatos de tacón en el complejo del tobillo durante la marcha en mujeres jóvenes: estudio cinemático in vivo basado en la técnica de registro 3D a 2D. J Electromyogr Kinesiol 2016; 28: 7-16.
- 28. Russell BS. El efecto de los zapatos de tacón alto en la lordosis lumbar: una revisión narrativa y una discusión sobre la desconexión entre el contenido de Internet y la literatura revisada por pares. J Chiropr Med 2010; 9: 166-73.
- Ko DY, Lee HS. Los cambios en el COP y la presión del pie después de caminar una hora con zapatos planos y de tacón alto. J Phys Ther Sci 2013; 25: 1309-12.
- Vitton V, Luciano L, Ortíz S, Baumstarck K, Bouvier M. Can wearing high heles influencee anal canal pressure and the severity of fecal incontinence? Intern Urogyn Journ [internet]. 2019; 1: 1-6. Disponible en: https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1007/s00192-019-03902-3
Muy buen artículo y muy interesante, y que por supuesto aporta mucho al mundo de la ciencia.
Gracias por compartirnos esta información acerca del uso de los tacones.
¡Bien hecho, Viri!
-Arlet Mtz Gómez
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Vaya dato interesante, quien pensaría que detrás de unos tacones hay todo un debate.
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que datos e investigación tan interesante no solo desde el punto de vista de la Salud, tambien e igual de importante para los diseñadores, creadores, administradores, publicistas y dueños de las empresas de calzado.
William
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