La teoría queer

Por Alejandro Lira

Tiempo de lectura: 4 minutos

Ser diferente es sinónimo de cambio, cambio para denunciar los abusos que se han presentado hasta en la misma ciencia a lo largo de la historia, ya que la mayoría de textos científicos por lo general han sido escritos por las mismas manos: manos blancas, de género masculino, de preferencia heterosexual, de clase media-alta, de religión cristiana; dejando invisibles a otros grupos como las mujeres, personas de origen racial y étnico diferentes, individuos con preferencias, identidades y géneros diversos, los pobres, los que tienen creencias diferentes y un largo etcétera.

Es por ello que la teoría queer intenta dar voz y vida a estas identidades que han sido calladas por la homofobia, el machismo, el racismo y el clasismo de la ciencia. La teoría queer creada a partir de una identidad deteriorada, incorpora a la ciencia aquellas personas que han sido discriminadas para hablar sobre temas de interés social, relevante, actual y de las condiciones de exclusión del sistema social dominante.

La palabra inglesa queer denota varias acepciones. Como sustantivo hace alusión a ‘homosexual’ – ‘gay’, generalmente utilizado de forma peyorativa en relación con la sexualidad, designando la falta de información y decoro en las personas que utilizan esta palabra bajo este contexto. El verbo transitivo queer expresa el contexto de ‘desestabilizar’ – ‘perturbar’; por lo tanto, las prácticas queer se apoyan en la noción de desestabilizar normas que están aparentemente fijas. Ser queer refleja la naturaleza de una mujer que se desprende de la costumbre de la feminidad; de una mujer masculina; de un hombre afeminado o con una sensibilidad contraria a la tipología natal. Las prácticas queer reflejan y aciertan en la transgresión a la heterosexualidad institucionalizada.

La aparición de los estudios queer tiene su origen en un complejo contexto social en Estados Unidos. En primer término, surgen a partir de nuevas teorías sobre la sexualidad realizadas por Foucault en 1976, posteriormente se destacó el cambio social surgido a partir de los movimientos en favor de los derechos de las mujeres, del colectivo LGBTTTIQ+, la lucha contra el sida y la incorporación a las ciencias de otros investigadores.

En lo que respecta a América Latina, Brasil ha documentado las muertes por homofobia y se ha estudiado profundamente y en beneficio de la transexualidad, la bisexualidad, el lesbianismo y la homosexualidad. En México se han publicado estudios sobre las concepciones de género en la zona sur del país, con una importante población indígena zapoteca, donde conviven hombres, mujeres y muxes (individuos transgéneros con alto valor social en Oaxaca).

El sujeto que plantea y sostiene la teoría queer rechaza toda clasificación de género y sexual; destruyendo las identidades gay, lésbica, trans e incluso hetero para englobarlas en un concepto que promueve un cambio social y colectivo desde muy diferentes instancias en contra de toda premisa.

La teoría queer revalora las cuestiones de género, las identidades y las sexualidades en un marco de agudeza con la finalidad de desestabilizar no solo al sistema, sino también a la ciencia y a la academia ‘Queering the Academy’. Su propósito ha sido adoptado por numerosos investigadores y actualmente está en proceso de expansión.

La intención de la teoría queer es crear una herramienta de participación política, por lo que está vinculada a movimientos en contra del racismo, homofobia y discriminación de cualquier índole. Dejar ser a las personas tal y como son es la propuesta de la teoría queer, incluso a los que tienen un concepto equivocado: dejarlos ser y que a su debido tiempo puedan reflexionar como quienes lo han tenido que hacer para pertenecer a un colectivo con una preferencia sexual distinta o algo que te haga ser diferente. La teoría queer intenta cambiar el sentido de lo conocido, para convertirlo en un motivo de estudio, e incluso de orgullo.

Referencias:

  • Fonseca H., Quintero S., La Teoría Queer: la de-construcción de las sexualidades periféricas. Revista Sociológica, año 24, número 69, enero-abril de 2009, pp. 43-60.
  • Mérida J., Sexualidades transgresoras: Una antología de estudios queer, Icaria, Barcelona. 2002.
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Un comentario Agrega el tuyo

  1. Anónimo dice:

    Una mirada a una teoría que genera tanta controversia desde muchas perspectivas. Un artículo que se comparte por tener un hilo argumentativo facil de seguir en tema tan espinoso
    Albert

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