Por Luis Puertos
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Este mes no es del todo una celebración, es más un mes donde se le da visibilidad a causas justas, necesarias y en muchos casos negadas, donde lo único que se busca es que se respete el derecho de otros a amar, a ser felices y a disfrutar su sexualidad, pero esto no siempre permite que todas las voces se alcen. Por eso hoy tenemos que hablar de una parte de esta libertad que se censura más que cualquier otra, donde el crimen organizado no solo controla, sino que obtiene gran parte de sus ingresos.

Si bien la prostitución es tan antigua como el propio hombre, para muchas personas esto es una mancha social que no debe hablarse, mucho menos formalizarse. Pero no podemos negar que la historia nos muestra que el erotismo ha estado presente en el hombre incluso antes de ser una especie distinta de cualquier primate, aún entre ellos, dar sexo a cambio de cualquier beneficio está presente en ellos, en la antigua Grecia tenemos[1], desde la época arcaica, cerámica con representaciones de cortesanas, en el lejano oriente[2] incluso hay restos de papiros donde podemos leer que esta práctica era casi ritual en muchos casos. Algo tan común en la humanidad que la biblia nos habla de algunas cortesanas que condena como extranjeras, pero nos deja a entender que las pertenecientes al pueblo judío eran toleradas. (Saldías, 2006)[3]
Existen diversas razones por las cuales esta práctica es aún muy utilizada, en el ámbito socio-demográfico resulta difícil hacer una diferenciación de los clientes, es en el espacio simbólico donde se encuentran las primeras diferencias, sobre todo en cuanto a los motivos por los que acuden a la prostitución, así como las razones y los afectos que enuncian para justificar su posición como compradores, territorio donde se puede comenzar a trazar diferencias, especialmente en las formas en que manifiestan su masculinidad, en que se relacionan con las mujeres que se encuentran en la prostitución y sobre todo, en términos de una postura ante la trata de mujeres con fines de explotación sexual, tanto de mujeres adultas como de menores de edad.

Los clientes expresan que acuden a la prostitución[4] porque es una forma fácil y rápida de conseguir sexo o porque permite un simple desahogo sexual en ausencia de una pareja. También para satisfacer intensas necesidades sexuales, por la necesidad de tener sexo inmediatamente después de que se excitan o por el deseo de tener relaciones sexuales con un número mayor de parejas. Esto ha llevado a la continuación de estos servicios, que terminan siendo una opción para muchas mujeres que tienen necesidades económicas y sólo así pueden obtener un ingreso constante para subsistir.
Por esta razón la pandemia que vivimos ha llevado de una manera alarmante a que otras mujeres practiquen esta profesión. Un diagnóstico efectuado por la organización Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer revela que en Ciudad de México se han duplicado las trabajadoras sexuales, pasando de 7.700 antes de la crisis a 15.200 en los últimos días.[5]
Es importante recalcar que estas mujeres se enfrentan a problemas sumamente graves, ya que aún cuando estas “escorts” o “damas de compañía” se inician como practicantes independientes, es muy fácil que el crimen organizado tome control de su trabajo, para poder hablar de este tema intentamos contactar a un par de chicas que se dedica a esto, pero al decir que no buscábamos más que hablar sobre su situación un número desconocido nos contactó alegando que infringimos es su forma de trabajo y que de no querer problemas nos abstuviéramos de seguir mandando mensajes. Las chicas contactadas alegaban ser independientes de alguna organización, pero después de estos mensajes se deja ver que el control del crimen organizado está presente en casi todos los estratos de esta profesión, lo cual convierte en una necesidad en un juego de alto riesgo, además de los riesgos de salud ya presentes en el intercambio sexual, se añade el de la presente pandemia y los distintos carteles que se disputan el dominio en distintos estados de la república.

Pero no es posible hablar sólo de las mujeres, que viven estigmatizadas con todo esto, la crítica social tristemente solo aplica en el caso de las mujeres, porque si hablamos de los hombres que se dedican a esta profesión, muchos ni siquiera imaginan que están ahí. De acuerdo con el periódico “El País”[6], la principal diferencia entre la prostitución femenina y la masculina, es que se tiene como bien vista la práctica masculina, donde hasta cierto punto podríamos decir que se exalta el trabajo de algunos de estos hombres cuando trabajan para mujeres, pero no podemos generalizar con un caso tan “bien llevado” si podemos decirle así. Existen en México casos que aún no se documentan de explotación sexual masculina, ya sea de hombres transexuales que trabajan en las peores condiciones, o de hombres que sirven para estas redes antes mencionadas y que ni siquiera aparecen en las estadísticas que el gobierno lleva sobre este delito. Existe aún este hueco, ya que si bien las mujeres han logrado proteger a sus congéneres, este sector aún está en el limbo, tanto del entendido social como de la legislación. Tristemente mientras la demanda por este tipo de servicios exista y no exista una clara protección hacia quienes la practican, la violencia y la inseguridad tendrán aún participación en esto.
Referencias
- [1] Buich, Nora (21 de agosto de 2016). «Origen de la palabra “puta”». La Izquierda.
- [2] Escacena Carrasco, José Luis (2006). Universidad de Sevilla, ed. Entre Dios y los hombres. p. 93. ISBN 9788447210268.
- [3] Saldías, I. C. (2006). Prostitutas, reinas y extranjeras: mujeres en el ciclo salomónico (1 Reyes 1-11). Teologia Y Vida, 47, 322-338. Recuperado el 12/6/2021 https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=s0049-34492006000200013
- [4] Una aproximación a los clientes de prostitución en México, Ariagor Manuel Almanza, Anel Hortensia Gómez. Volumen 18, Número 45, enero-abril, 2021, pp. 435-455 https://www.uacm.edu.mx/portals/18/num45/18_A_Una_aproximacion.pdf
- [5] En pandemia, aumenta 100% oferta de sexoservicio. Jaime Montejo, Sáb, 04/17/2021 – 00:00. http://brigadaac.mayfirst.org/node/2007
- [6] Prostitución masculina: “Que yo me dedique a esto está hasta bien visto”, CELIA BLANCO, 20 MAR 2021 – 03:07 CST https://elpais.com/elpais/2021/03/11/mordiscos_y_tacones/1615485392_644047.html
Aunque no me gusta romantizar la prostitución, un gran porcentaje de los y las de quienes la ejercen, son estudiantes universitarios que ven como sus cuentas bancarias crecen y crecen a traves de ser prepagos, o de trabajar en linea, tipo cam4, onlyfans, vender su pack, etc ;este artículo me recordó que aun hay otro porcentaje que trabajan an con los llamados chulos y todo lo que se describe en esta buena crónica.
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