Por Samuel Parrilla
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Los medios digitales y las redes sociales han cambiado la manera en la que se hacen las cosas en el siglo XXI. Vivimos una época globalizada, donde todo está a un click de distancia. Las redes sociales han servido como medio de protesta, sin embargo, también han sido una carcel donde cada uno de nosotros somos juez y verdugo.
Con un click, con un tweet o con un post podemos cancelar casi a quien queramos. Un panóptico, es en lo que se han convertido estas redes sociales y medios digitales, adaptarse o morir. Si no perteneces a una red social, si eres un “hermitaño” por así decirlo, y no tienes facebook, twitter o Instagram, eres alguien anormal.
Hoy tenemos el internet en nuestras manos. Las 24 horas del día y los 365 días del año estamos conectados a estos ecosistemas artificiales. A veces, nos podemos olvidar de nuestra realidad al estar tan inmiscuidos en este mundo digital, tenemos un poder incalculable en nuestras manos, un poder que nos sirve para compartir conocimiento, pero, así como nos sirve para eso, también podemos denunciar abusos en él, el internet ha sido crucial hoy en día.

Comencemos definiendo lo que es el panóptico, esta teoría es explicada por Michel Foucault. Es un sistema de vigilancia que proviene de las carceles, sistema en el cual desde una torre se puede vigilar a todos los presos ¿cuál es este sistema y quienes están en esta torre en nuestro contexto? La respuesta es simple, quienes administran nuestras redes sociales.
Si creemos que nosotros tenemos el control, estamos equivocados, ya que desde este panóptico virtual si decimos algo o hacemos algo que incomode nos van a castigar y posiblemente censurar; al final somos presos de estas instituciones virtuales de control. Un claro ejemplo de este panóptico en acción, lo vimos hace unas semanas cuando le cortaron la transmisión al presidente Donald Trump en CBS, esto fue porque estaba dando datos falsos en una conferencia de prensa con motivo de las elecciones.
A pesar de que lo que hizo no fue correcto ni ético, porque genera desinformación, eso no quita que los medios también están en un error por haber cortado la transmisión, esta es una clara muestra de cómo no importa quién seas no podrás escapar de este panóptico o incluso de un linchamiento virtual o mediático.

Foucault nos habla sobre lo normal y lo loco en su escrito La historia de la locura, el concepto de lo normal y lo loco va cambiando, un ejemplo de esto nos lo encontramos en la música y yendo hacia algo más específico el acontecimiento de cómo las redes sociales buscaron “cancelar” a la banda Molotov.
Hablaban de como su álbum de 1997 ¿Dónde jugarán las niñas?, promovía violencia y homofobia, varios testimonios hablan del porqué se le debe cancelar, de aquí proviene una pregunta ¿y por qué en 2020 alguien quiere quitar algo de 1997? Simple, este panóptico volteo hacia la historia, y un tweet que fue la chispa que hizo que el cancelar a Molotov se volviera tendencia en julio de este año. El concepto de lo normal y lo loco va cambiando según los años, en aquel momento la sociedad no tenía la sensibilidad que tiene ahora, por lo cual, este album que aunque ya tiene tiempo, sigue causando revuelo en las redes sociales.
Otro claro ejemplo de esta transformación, es el uso de la palabra “puto”. Desde un grito en un estadio de futbol, cuando el equipo rival iba a tirar un penal o cuando el portero chutaba desde la portería, hasta precisamente la canción de Molotov, se le comienza a considerar una palabra homofóbica. Sin embargo, si nos vamos a los orígenes de la palabra en cuanto a significado, “puto” no se concebía como una palabra para denostar a un homosexual, sino que era una maldición.

Según la real academia española, se usa para denigrar una situación, también para denigrar a una persona por ser lenta o por no hacer las cosas de manera correcta. La sociedad es quién ha transformado esta palabra, y de aquí también que el uso de las groserías se ha censurado mucho, me gustaría citar a Octavio Paz en su ensayo El laberinto de la Soledad “Las groserías son vocablos polisémicos en un mundo de vocablos anímicos, carentes de significado” (Octavio Paz, El laberinto de la soledad).
Antes, las groserías no eran tan mal vistas como lo son ahora. Aquí entra de nuevo el concepto de normal y de loco, en una época donde la sociedad ha sido quien se ha encargado de decirnos qué es lo “políticamente correcto”, y quien no es políticamente correcto debe ser cancelado (aunque diga cosas que muchos queremos decir, pero no nos atrevemos). Una autocensura es el mejor concepto para describir como los medios y las redes sociales nos han transformado.
El ser humano siempre buscará la perfección, aquí es donde podemos ver quiénes son los que están en ese panóptico (y quiénes son parte de esta sinóptica) es decir, que entregan todo lo que son a las redes sociales para sentirse bien consigo mismos. Ante los ojos de los demás, la conducta humana de la perfección se puede clasificar en dos personalidades que se pueden llegar a mezclar:

El perfeccionador, es aquella persona que se basa principalmente en juzgar y que usualmente es una molestia para el resto de las personas que lo rodean, porque busca la perfección en los demás más que en sí mismo. Es un inquisidor, es juez y verdugo, aquí podrían entrar los haters o incluso quienes administran los servidores de las redes sociales y deciden qué es lo que sale y lo que no, según su criterio de lo que es bueno o malo, lo políticamente correcto o incorrecto. A menudo, estos sujetos tienen dificultades tanto para aprender como para enseñar, ya que sienten que nadie estará a sus alturas.
El segundo es el perfeccionista, el cual se mira a sí mismo, también puede llegar a juzgar a los demás, pero principalmente se concentra en su persona. Sufre mucho, porque en el fondo sabe que vive un delirio narcisista y que además se encuentra dominado por la ira, la cual se dirige únicamente hacia él.
Además de que los demás le critiquen y condenen, por los errores que puede llegar a cometer. Este sujeto es el que depende de los likes, está constantemente en un proceso de sinóptica dándolo todo por tener muchos seguidores. Seguidores que en el marketing, se clasificarían como rebaño de ovejas.

Como individuos, cada uno de nosotros contamos con importantes ideales personales, profesionales, sociales, étnicos, que además de guiarlos, los obsesiona en la propia personalidad, constriñendo u ocultando otros aspectos de la propia personalidad de lo que nada queremos saber. A menudo, estos aspectos están ocultos, suelen aparecer causando sufrimiento psicológico, porque aunque nos empeñamos en ocultarlos, en el fondo de nuestra mente estos nunca desaparecen.
En conclusión, podemos evitar este panóptico, sin embargo, es como si nos estuvieramos excluyendo de la sociedad ya que parafraseando a Foucault, la modernidad requiere de un orden y para esto fueron creados los sistemas de control, vivimos constantemente en una sociedad de control, en una sociedad que tiende a ser inquisidora y no perdona a quién hace algo incorrecto. Constantemente, vivimos linchamientos virtuales cada que alguien da su opinión y ésta incomoda a cierto grupo de personas.
Ojalá estos linchamientos se quedaran como virtuales y no fueran más allá, como por dar un ejemplo, los asesinatos de periodistas o activistas en todo el mundo por gobiernos o grupos de poder que han buscado silenciarlos, por el hecho de incomodar y causar revueltas. Me gustaría cerrar con una frase de la película del Mural Efímero que se colocó en Ciudad Universitaria como protesta hacia la censura que existía en ese momento: “Cierren las universidades, la juventud que piensa es la enemiga”.
Referencias
- Fagella, J. M. (2020, 12 noviembre). La censura de las fake news de Donald Trump. Aika Educación. http://www.aikaeducacion.com/actualidad/la-censura-de-las-fake-news-de-donald-trump/
- Martínez, S. (2020, 25 julio). ¿El fin de Molotov? Critican en Twitter un disco de hace 20 años. Lmneuquen.com. https://www.lmneuquen.com/el-fin-molotov-critican-twitter-un-disco-hace-20-anos-n721306
- Ureta, J. (2017, 9 enero). Panóptico, sinóptico, solucionismo. elperiodico. https://www.elperiodico.com/es/economia/20161119/panoptico-sinoptico-solucionismo-5633438