Por Jennyfer Muñoz
Tiempo de lectura: 4 minutos
A finales del siglo pasado comenzaron a manifestarse en el espacio socio-religioso una serie de eventos que atentaron contra la salud, la integridad y los derechos humanos de las personas. Acciones como atentados, violaciones y, uno de los ejemplos más extremos: los suicidios colectivos rituales como los de Jonestown (1978), Waco(1993), Rancho Santa Fe o Heaven ‘s Gate (1997) y la Orden del Templo Solar (1994).
Diversas hipótesis e investigaciones afirmaban que estos hechos ocurrían en sociedades no modernizadas donde la población no contaba con un capital cultural y económico amplio que les permitiese razonar y discernir entre lo socialmente establecido como correcto o incorrecto, que son más propensos a caer en los fanatismos. Nuevos datos demuestran que lo anterior es erróneo ya que no importa el nivel socioeconómico ni el tipo de sociedad mientras se utilicen “técnicas coercitivas de manipulación psicológica e influencia social que pueden inhibir el juicio crítico y los procesos normales de razonamiento en una colectividad religiosa y en un régimen totalitario” (Lifton, 1989)

Según Ederly (2000) la ideología del suicidio colectivo ritual se compone de 3 factores:
1)Un líder mesiánico: se autodenomina divino, como enviado de un dios para cumplir con una misión por lo regular de salvación y es incomprendido e injustamente perseguido (como Jesucristo).
2) Una colectividad dispuesta a obedecer ciega e incondicionalmente. Quizá este es uno de los puntos más preocupantes ya que pueden existir líderes pero ellos no son nada sin sus seguidores. Esta obediencia como disposición continua ante el “mesías” se supone independiente de la naturaleza del contenido de sus dictados, es acrítica ya que dejan de utilizar su razonamiento para evaluar el contenido de las indicaciones recibidas.
De hecho, se utilizan técnicas psicofisiológicas (la estimulación psicológica- respuesta fisiológica y viceversa) de persuasión e influencia, de adoctrinamiento basado en el miedo. Para la psiquiatría la obediencia automática es considerada un síntoma clínico grave de patología mental. Dicha disposición es puesta a prueba gradualmente.

3) Un evento desencadenante: Es la gota que derrama el vaso. Son hechos concretos que activan al líder a indicar el suicidio, bajo discursos que prueban la fe, para alcanzar una liberalización y llegar al dios en el que creen.
La historia ha demostrado que son necesarias las 3 para llegar a la consumación del suicidio, sin embargo con los 2 primeros elementos se han suscitado eventos perjudiciales e ilícitos los cuales, en la mayoría de los casos, se amparan bajo el discurso de la tolerancia religiosa.
Encontramos por parte de este fanatismo acciones extremas que van desde atentados “terroristas”, como los ocurridos Tokio, Japón en 1995 cuando Shoko Asahara, gurú de la comuna neo-budista Aum Shinrikyo ordenó a sus seguidores colocar bombas con gas sarín neurotóxico para atacar a los usuarios de transporte del metro, o las acciones habituales de Al Qaeda, de los Talibán o del Estado Islámico, hasta acciones que van en contra con la religión de origen como la aprobación por el Mulá Omar de la fatwa que permitía a los Talibán producir y distribuir opio aun cuando se trataba de una práctica impura.
Así como las violaciones, estupro, que podemos observar en el caso de la secta Davidianos de la Rama en donde su líder David Koresh estableció que era correcto tener relaciones sexuales con varias mujeres, que las mujeres jóvenes (incluyo niñas) mantuvieran relaciones sexuales con él en un contexto donde el estado de Texas es conservador, tiene leyes y algunos principios comunes que tienden a rechazar este tipo de conductas.

O bien en el caso mexicano con La luz de Mundo donde se tiene como ritos internos donde menores de edad y jóvenes solteras son objeto de violaciones y abuso sexual por parte del máximo líder de la agrupación: Samuel Joaquín. Miremos de nuevo el contexto, una sociedad machista y conservadora como lo es Guadalajara y el país en general.
Es importante destacar que existen un sinnúmero de variables de índole ética, social, cultural, política, religiosa y de salud, que pueden influir en la toma de decisión y persuasión de los actores “pero al final todo dependerá de una indicación: la del dirigente religioso.” Y podríamos continuar dando más ejemplos de dichas prácticas, algunos han pasado a la historia y son recordados, otros no tanto debido a su magnitud y naturaleza.
En este sentido, y como conclusión, es importante no solo una educación crítica sino también una salud mental para poder atenerse a la realidad y no dejarse llevar.
Referencias
- Erdely Graham, Jorge. (2000). Suicidios colectivos rituales: un análisis interdisciplinario. Ciencia Ergo Sum, 7, 67-80. 05 noviembre , De Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal. https://www.redalyc.org/pdf/104/10401708.pdf
- Priego, Alberto (2018) FUNDAMENTALISMO, EXTREMISMO, FANATISMO Y TERRORISMO RELIGIOSO. UNA CLARIFICACIÓN DE LOS CONCEPTOS. miscelánea comillas Vol 78 Núm 148. pp. 261-272. https://revistas.comillas.edu/index.php/miscelaneacomillas/article/view/9256/8679