4 mitos de los antidepresivos

Por Gabriela Peña

Tiempo de lectura: 3 minutos

La Organización de las Naciones Unidas (OMS), define “salud” como un estado completo de bienestar físico, social y mental; y no solo la ausencia de enfermedades o afecciones. Es por ello, que este organismo en el 2013 publicó el “Plan de acción sobre Salud Mental 2013-2020”, a fin de exhortar a sus países miembros a establecer programas sobre salud mental que incluyan áreas como los servicios, las políticas públicas, las leyes y reglamentos; los planes y estrategias.1

Cada 10 de octubre, se celebra el día Mundial de la Salud Mental, con el objetivo de generar conciencia, sensibilizar a la población y al gobierno; crear estrategias para la detección y atención oportuna de las enfermedades mentales.

Existe un gran número, que de manera general las podemos englobar en: trastornos de ansiedad, de personalidad, del control de impulsos, psicóticos, del sueño, de la conducta alimentaria, facticios, relacionados con sustancias, del estado de ánimo, etc.  

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Siendo la depresión (que pertenece a los trastornos del estado de ánimo), la principal causa de problemas de salud y discapacidad; se calcula que alrededor de 300 millones de personas en el mundo la padecen.

Independientemente de la enfermedad en cuestión, todas tienen un común denominador y es que repercuten en la capacidad de las personas para poder llevar a cabo sus tareas cotidianas y/o en otros ámbitos de su vida como la escuela o trabajo; así como también pueden interferir en las relaciones familiares, de amistad o pareja.  

Pese a que el estigma social aun persiste, también lo es para algunos fármacos que forman parte del tratamiento multidisciplinario, como los antidepresivos. 

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Los antidepresivos como su nombre lo indica son empleados para el tratamiento de depresión, pero también se prescriben para los trastornos de ansiedad, de alimentación, del sueño; por mencionar algunos ejemplos. El inicio de su historia se remonta a los años 50, cuando se observó que los enfermos de tuberculosis tratados con isoniazida estaban un poco mas “felices”.

Tras investigar y modificar este medicamento, se obtuvo la iproniazida; un inhibidor de la monoaminoaoxidasa (antidepresivo de primera generación) cuya   introducción marcó un antes y un después en el tratamiento de pacientes con depresión, dejando atrás otras terapias, un poco cruentas. A partir de entonces y hasta la fecha nuevos medicamentos han salido a la venta.

A pesar de la evolución de los antidepresivos, persisten mitos sobre su uso; como los siguientes:

  1. “Crean adicción”

Para que una sustancia se considere adictiva debe inducir un efecto de placer y recompensa que termina generando dependencia física y psicológica; y la realidad es que la mayoría de los fármacos antidepresivos no tienden a modificar el estado de ánimo y tampoco producen efectos euforizantes (ausencia de cansancio, hambre, sueño, exaltación del estado de ánimo, etc).

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Otra característica que deberían reunir es que tras un periodo de consumo se instaura la tolerancia, es decir que con el paso del tiempo, su cuerpo se habitué y tenga la necesidad de aumentar la dosis para conseguir el mismo efecto de antes; o cuándo cese su consumo, se produzca un síndrome de abstinencia (reacciones físicas anormales que se presentan cuando una persona disminuye o deja una sustancia a la que se ha vuelto dependiente) y sobre todo que tenga efectos nocivos para el individuo y para la sociedad.

Claramente, los antidepresivos no causan ni cumplen con ninguno de los anteriores.

Aunque cabe decir que, al retirar el tratamiento, debe hacerse de modo progresivo ya que se corre el riesgo de resurgimiento de la depresión o que con algunos grupos de antidepresivos se produzca el síndrome de retirada de medicamentos que se manifiesta con: dolor de cabeza, mareos, irritabilidad, cansancio, ansiedad, insomnio, etc.

  • “Son tóxicos”

Es importante saber que cuando se prescribe un medicamento existe el concepto de dosis terapéutica, es decir el margen de dosis que hay entre la dosis mínima y la dosis máxima terapéutica. Estos márgenes terapéuticos establecen los límites de efectividad en la dosis mínima y los de seguridad con la dosis máxima permitida.

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Solo en caso de que ésta última se exceda se llega a valores de toxicidad que pueden perjudicar seriamente al paciente, lo cual es improbable que suceda ya que un tratamiento óptimo necesita un correcto régimen de dosificación (de acuerdo con lo anterior) también se consideran las características y necesidades del individuo, así como la gravedad de la enfermedad.

  • “Engordan”

Es cierto que todos los fármacos tienen efectos adversos, que pudieran o no presentarse en quien los consume, el aumento de peso es considerado uno de ellos.

Sin embargo, solo es un grupo pequeño de antidepresivos que tienen tal efecto, pero como ya mencioné el tratamiento siempre es individualizado y pudiera ser que alguien con depresión que haya perdido mucho peso se beneficie de ellos.

  •  “Provocan más depresión”

Todos lo antidepresivos tienen un periodo de latencia de respuesta (el tiempo que transcurre desde que se administra el fármaco hasta el comienzo del efecto de este) y puede ser de 2-4 semanas.

Entonces es muy posible que la persona no note una mejoría y tal vez solo perciba algunos de los efectos secundarios de su medicación y eso en lugar de animarlo, le haga sentir más triste, frustrado, ansioso y desconfié, llegando incluso a dejar de tomarlo.

Hay quien, si llega a notar un ligero cambio los primeros días, pero se debe más que nada a que probablemente mejore el insomnio asociado a la depresión y se vea reflejando en su estado de ánimo.

El tratamiento con los antidepresivos ha ido evolucionando con los años, recientemente el consumo de antidepresivos de primera generación va en descenso, su uso ha sido sustituido por fármacos más selectivos y por tanto con menos efectos adversos que los primeros que se desarrollaron. La creación de nuevos fármacos persigue combinar una mayor eficacia con una mejor tolerancia.

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Cabe decir que la prescripción de este tipo de fármacos no es como una receta de cocina, ya que la elección del antidepresivo, la dosificación y duración siempre serán de forma personalizada y estrictamente supervisada. Así que es hora de perderles el miedo y ante cualquier manifestación que se presente siempre es importante notificarla.

Referencias

https://www.gob.mx/salud/articulos/dia-mundial-de-la-salud-mental-130213?idiom=es

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